En el marco del Día Mundial del Glaucoma, los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) han lanzado un llamado a la prevención y detección temprana de esta patología, que es responsable de la pérdida irreversible de la visión y es la principal causa de ceguera en el mundo. Según la dependencia estatal, alrededor del cuatro por ciento de la población mexicana padece glaucoma, lo que representa un desafío para la salud pública.
La enfermedad ocular daña el nervio óptico, generalmente cuando se acumula fluido en la parte delantera del ojo, lo que eleva la presión intraocular y afecta gradualmente la capacidad visual. Si no se detecta a tiempo, puede culminar en ceguera. La dependencia señala que la mitad de los casos se detectan en etapas avanzadas, en gran parte debido a la ausencia de síntomas iniciales.
Los Servicios de Salud de Oaxaca han reportado un aumento en las consultas relacionadas con glaucoma y otras condiciones oculares en el Hospital General Doctor Aurelio Valdivieso IMSS-Bienestar. En 2024, se atendieron a más de 1.900 pacientes con diversas afecciones oculares. Entre los principales factores de riesgo asociados al glaucoma se encuentran la presión intraocular elevada, miopía, diabetes, antecedentes familiares y cirugía ocular previa.
La institución ha destacado la importancia de estar alerta a síntomas asociados con el glaucoma, como dolor en los ojos y cabeza, náuseas, vómitos, círculos alrededores de las luces y enrojecimiento ocular. Debido a que en sus primeras fases el glaucoma no presenta signos notorios, es crucial realizar revisiones oftalmológicas integrales.
Los Servicios de Salud de Oaxaca recomiendan que las personas comencen a someterse a evaluaciones anuales a partir de los 35 años, especialmente aquellas con antecedentes familiares, miopía o diabetes mellitus. Esto permite detectar cualquier anomalía a tiempo y evitar la necesidad de visitar al oftalmólogo solo después de que aparezcan síntomas.
La detección temprana es fundamental para prevenir el progreso irreversible del glaucoma. Aunque su daño puede ser permanente, se pueden detener algunos efectos mediante el uso adecuado de medicamentos y, en algunos casos, con intervenciones de cirugía láser.