La situación hídrica en el estado de Oaxaca se encuentra en un escenario complejo, marcado por una deficiencia de lluvias, un incremento sostenido en las temperaturas y una pérdida alarmante de agua potable. Durante la conferencia de prensa del gobernador Salomón Jara Cruz, el director de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), Julián Rubén Ríos Ángeles, expuso la situación actual y urgió a la ciudadanía, las autoridades y el sector privado a asumir una corresponsabilidad activa para preservar el recurso hídrico.
Según Ríos Ángeles, la cantidad de precipitaciones registradas en Oaxaca durante febrero y marzo de este año fue ligeramente inferior al promedio histórico. Aunque se espera que en abril las lluvias se mantengan cercanas a los niveles habituales, el panorama para mayo es incierto.
La escasez de lluvias durante los primeros meses del año, combinada con temperaturas hasta dos grados por encima del promedio, ha intensificado el consumo de agua en la ciudad de Oaxaca, generando un desequilibrio en la disponibilidad del recurso. El incremento térmico no solo ha aumentado la demanda de agua, sino que también ha evidenciado las deficiencias en la gestión del recurso.
El titular de CONAGUA advirtió que este escenario podría agudizarse en los próximos meses si no se adoptan medidas eficaces de conservación y uso eficiente del agua. Una de las pérdidas críticas señaladas por Ríos Ángeles es la magnitud de las pérdidas de agua en la capital oaxaqueña, con el 16% del volumen total del recurso que circula por el sistema hídrico se pierde debido a fugas, deterioro de las redes y deficiencias en la infraestructura.
Sin embargo, la cifra más preocupante es el 38% de pérdidas relacionadas con la ineficiencia en el registro y la medición municipal, lo que representa un grave desperdicio en un contexto de escasez creciente. El funcionario subrayó la necesidad de implementar un programa integral que combine la modernización de la infraestructura, la reducción de fugas y un monitoreo riguroso del uso del agua, tanto en el ámbito doméstico como en el municipal.
Para contrarrestar la crisis hídrica, CONAGUA propone un plan de acción basado en tres ejes fundamentales: cultura del agua, protección de fuentes y desarrollo tecnológico. En primer lugar, se busca impulsar campañas de concientización ciudadana que promuevan el uso racional del agua. Talleres, capacitaciones y actividades comunitarias podrían contribuir a modificar hábitos de consumo, fomentando prácticas como la reutilización y la captación pluvial en los hogares.
El segundo eje contempla la protección de las fuentes de agua mediante acciones de conservación, reforestación y control de los acuíferos. Además, se hace un llamado a evitar el vertido de residuos industriales, agrícolas y domésticos en los cauces de los ríos, una práctica que deteriora gravemente la calidad del agua disponible.
El tercer pilar apunta hacia la innovación tecnológica. La implementación de sistemas avanzados de monitoreo, medición precisa del consumo y desarrollo de técnicas para el tratamiento y reciclaje del agua son medidas clave para garantizar un manejo más eficiente del recurso. Ríos Ángeles concluyó su intervención subrayando la importancia de la corresponsabilidad social.
La solución a la crisis del agua en Oaxaca requiere del compromiso conjunto de las autoridades, la iniciativa privada y, sobre todo, de la participación activa y consciente de la ciudadanía. El panorama descrito por CONAGUA deja claro que la crisis hídrica no solo es un problema climático, sino también estructural y social.