Un banco privado en Oaxaca, México, emitió una disculpa pública tras la viralización de una imagen que mostraba a una mujer de 96 años siendo trasladada a una de sus sucursales. La adulta mayor, identificada como Fidelia Vásquez Nuño, había experimentado la suspensión de su pensión durante un periodo de seis meses, lo que motivó a sus familiares a llevarla a la institución bancaria para resolver el problema y confirmar su identidad. La situación generó un amplio rechazo y críticas en las plataformas de redes sociales.
En respuesta a la controversia, BBVA México publicó un comunicado expresando sus disculpas a la señora Vásquez Nuño y a sus familiares por los inconvenientes causados. El banco justificó su actuación basándose en las regulaciones establecidas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), específicamente la Circular Única Bancaria, que define los procedimientos a seguir cuando un tercero actúa en representación de un cliente. Según la institución financiera, la documentación inicialmente presentada por el familiar de la señora Vásquez Nuño contenía errores, lo que impidió la resolución inmediata del trámite.
La entidad bancaria negó haber solicitado la presencia física de la clienta en la sucursal, atribuyendo esta decisión a sus familiares. Afirmaron que, una vez subsanadas las inconsistencias en la documentación, el trámite se llevó a cabo cumpliendo con las normas aplicables. El incidente ha reabierto la discusión sobre las barreras que enfrentan los adultos mayores para acceder a los servicios financieros en México y la importancia de implementar protocolos más sensibles y accesibles para personas en condiciones de vulnerabilidad.
Diversas organizaciones de defensa de los derechos humanos y representantes de la comunidad de adultos mayores han solicitado una revisión exhaustiva de las políticas bancarias, con el objetivo de evitar la repetición de incidentes similares. Se ha insistido en la necesidad de establecer mecanismos que garanticen un trato digno y eficiente para este sector de la población, considerando sus necesidades específicas y las dificultades que pueden enfrentar al interactuar con el sistema financiero.
El caso ha puesto de manifiesto la importancia de la transparencia y la claridad en la comunicación entre las instituciones financieras y sus clientes, especialmente aquellos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad. Además, subraya la necesidad de promover una mayor capacitación del personal bancario para que puedan atender de manera adecuada y empática las necesidades de los adultos mayores, garantizando su acceso a los servicios financieros sin generarles dificultades innecesarias.
