Una procesión silenciosa recorrió la carretera federal 190 en los Valles Centrales de Oaxaca, una vía conocida por su alta incidencia de accidentes. Decenas de personas, unidas por el luto y la esperanza, participaron en una caravana de oración el pasado domingo, buscando honrar a las víctimas de accidentes de tráfico y promover la conducción responsable. Los participantes, provenientes de diversas comunidades, portaban cruces, flores y mensajes alusivos a la prevención y la seguridad vial.
El recorrido estuvo marcado por paradas en puntos donde se han erigido cruces en memoria de fallecidos en accidentes. En estos lugares, los asistentes ofrecieron flores, oraciones y expresaron su dolor por las pérdidas sufridas. Testimonios personales revelaron el impacto profundo que los accidentes viales tienen en las familias, con relatos de seres queridos que han resultado heridos o han perdido la vida en la carretera. Una participante compartió la experiencia de su hermana, víctima de un conductor en estado de ebriedad, y de su hermano, quien sufrió graves lesiones en un accidente de motocicleta, subrayando la urgencia de crear conciencia sobre los peligros de la conducción irresponsable.
La iniciativa, impulsada por la parroquia de San Jerónimo Tlacochahuaya, tuvo como objetivo primordial sensibilizar a la población sobre la importancia de adoptar medidas de seguridad al volante. El párroco, Gabriel García Muñoz, destacó que la carretera ha sido escenario de numerosas tragedias, con una frecuencia alarmante de accidentes fatales. La caravana culminó con una misa y la bendición de vehículos, reforzando el mensaje de que la responsabilidad al conducir es un acto de cuidado y amor hacia los demás. Se hizo especial hincapié en evitar distracciones como el uso del teléfono móvil, respetar los límites de velocidad, utilizar el cinturón de seguridad y abstenerse de conducir bajo los efectos del alcohol.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los accidentes de tráfico representan una de las principales causas de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. La mayoría de las víctimas son conductores o pasajeros, representando un alto porcentaje de las muertes registradas, seguidos por peatones. Además, un gran número de personas sufren lesiones no mortales que pueden derivar en discapacidades permanentes. Estas estadísticas resaltan la magnitud del problema y la necesidad de implementar estrategias efectivas para reducir los accidentes y proteger la vida de los usuarios de las vías.
La caravana buscó transmitir un mensaje claro: la seguridad vial es responsabilidad de todos y cada uno de los conductores. La esperanza es que esta iniciativa contribuya a generar un cambio de actitud y a promover prácticas de conducción más seguras, disminuyendo así el número de accidentes y protegiendo vidas en la carretera federal 190 y en todas las vías del estado de Oaxaca. El evento sirvió como un recordatorio del impacto devastador de los accidentes y como un llamado a la acción para prevenir futuras tragedias.
