En el pueblo de San Juan Bautista La Raya, Santa Cruz Xoxocotlán, México, se celebra un carnaval único que combina tradición y sátira, marcando el comienzo de la Cuaresma con una jornada de liberación y disfrute. Esta festividad ha perdurado por más de un siglo, arraigada en la memoria colectiva de la comunidad.
La celebración comienza antes de la Cuaresma, con el miércoles de ceniza, cuando los diablos recorren las calles del pueblo y más tarde se lleva a cabo la parodia “chusca de los padrecitos”, una representación satírica del rito religioso que, aunque humorística, mantiene el respeto por la fe católica.
El carnaval se repite el domingo siguiente, cuando desde la mañana los diablos emergen de distintos puntos del pueblo hasta encontrarse en un gran recorrido por la tarde. En este desfile se suman personajes disfrazados de novios, quinceañeras y figuras representativas de la comunidad, como comerciantes y otros habitantes destacados, a manera de homenaje.
La tradición del carnaval en San Juan Bautista La Raya es rica y compleja, con raíces profundas en la cultura local. Los diablos, vestidos con camisolas multicolores y mangas que simulan alas, bailan y cuelgan del cielo una cuerda que hace estruendo, mientras los niños y adultos se divierten y celebran la llegada de la Cuaresma.
Sin embargo, detrás de la alegría y el ritmo, hay un significado más profundo. La festividad busca “espantar a la muerte” y limpiar el cuerpo y el alma antes del período de reflexión y penitencia que es la Cuaresma. También se considera un momento para soltar la energía negativa y prepararse para la Cuaresma.
La comunidad de San Juan Bautista La Raya ha mantenido viva esta tradición con fervor y entusiasmo, a pesar de los cambios en la sociedad y la cultura. Los jóvenes han aprendido el arte de la costura y el diseño, y ahora muchos de ellos participan activamente en la celebración del carnaval.
En general, la celebración del carnaval en San Juan Bautista La Raya es una experiencia única que combina tradición, sátira y alegría. Es un momento para disfrutar de la compañía de amigos y familiares, y para celebrar la llegada de la Cuaresma con un ritmo vibrante.