En el estado de Oaxaca, México, una iniciativa social de Iberdrola México ha transformado la vida de más de 4.500 personas en comunidades rurales. El programa Luces de Esperanza ofrece paneles solares y energía eléctrica a familias que hasta ahora no tenían acceso a esta comodidad.
En el municipio de San Blas Atempa, se encuentran las localidades de Nizarindani y Shabaconde, donde la oscuridad llegaba tan pronto caía el sol. Sin energía eléctrica, la dinámica social de los pobladores se ajustaba a una cotidianidad sin ilusión. Cada hogar tenía un pequeño radio con lámpara integrada, que fue la única fuente de luz y calor.
Pero hoy en día, todo es diferente. Con la llegada del programa Luces de Esperanza, las familias pueden disfrutar de electricidad en sus casas, lo que ha cambiado su forma de vivir. Victoriano Reyes, un campesino zapoteco, nos cuenta: “Tal vez en otros lados solo sean cuatro foquitos, pero para nosotros tener electricidad en casa lo es todo”. Ahora puede usar una licuadora, una radio y una televisión, lo que ha mejorado significativamente su calidad de vida.
Para la cuarta fase de este programa, Iberdrola México ha invertido siete millones de pesos en la instalación de sistemas solares en 11 comunidades rurales. El proyecto también incluye el mantenimiento oportuno y la acompañamiento de los beneficiarios antes y después de la instalación.
Este programa social es parte de una iniciativa que busca brindar energía asequible y no contaminante a las comunidades más vulnerables del país. Según Alicia Valcarce, directora de la Fundación Iberdrola México, el objetivo es trabajar a largo plazo en proyectos sociales que acompañen al negocio y contribuyan al desarrollo de las comunidades.
En México, todavía hay un 1% de la población que no cuenta con luz en sus hogares. El programa Luces de Esperanza busca cambiar esto y brindar oportunidades de desarrollo a las personas que más lo necesitan.
La cuarta etapa del programa ha impactado positivamente la vida de 415 personas en 11 comunidades rurales. Los niños están más contentos, pueden hacer su tarea y jugar más. Las familias también se sienten más unidas y seguras con la electricidad en sus hogares.
Durante la ceremonia de encendido del programa en la comunidad de Shabaconde, Paola Martínez, directora de Comunicación y Responsabilidad Social de Iberdrola México, ratificó el compromiso de la compañía con las comunidades que más lo necesitan. “Con esta iniciativa buscamos que todas las personas tengan las mismas oportunidades de desarrollo, brindando un servicio tan esencial como es la electricidad”, dijo.
