El municipio de Tlalixtac de Cabrera, Oaxaca, se encuentra en el centro de la polémica tras la denuncia del envenenamiento de más de 35 perros que vivían en situación de calle. Organizaciones de rescate animal y defensores de los derechos de los animales han manifestado su profunda preocupación y exigen una investigación exhaustiva por parte de las autoridades competentes. El incidente ha generado una ola de indignación entre la sociedad civil, que considera este acto como un delito grave y una muestra de crueldad inaceptable.
La legislación vigente en el estado de Oaxaca tipifica como delito tanto el maltrato animal como la privación de la vida de un animal vertebrado, incluyendo el envenenamiento. Las penas para quienes incurran en estas acciones pueden incluir prisión y multas económicas significativas, de acuerdo con las reformas al Código Penal. Ante la magnitud de los hechos, activistas y organizaciones protectoras de animales han solicitado formalmente la intervención de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, con el objetivo de que se identifique y se sancione a los responsables de este acto de crueldad.
Según testimonios recabados, algunos de los perros encontrados sin vida habían sido previamente esterilizados en campañas organizadas por voluntarios y asociaciones protectoras. Estos esfuerzos buscaban controlar la población canina en situación de calle de manera ética y responsable. Los rescatistas de la organización Patitas Felices Oaxaca lamentaron lo sucedido, resaltando que los animales no son culpables de su condición y que el ayuntamiento tiene la responsabilidad de implementar programas de esterilización permanentes y de sancionar el abandono de mascotas por parte de los ciudadanos.
Se ha reportado que la administración municipal procedió a retirar los cuerpos de los animales con celeridad, lo que limitó la posibilidad de documentar con mayor detalle la magnitud del incidente. Sin embargo, la denuncia pública ha generado un debate sobre la necesidad de fortalecer las medidas de protección animal y de promover una cultura de respeto hacia los seres vivos.
El incidente ha reabierto la discusión sobre las estrategias para el manejo de la población canina en situación de calle. Si bien algunos ciudadanos han expresado que los animales representaban un peligro debido a su comportamiento agresivo, la mayoría condena el envenenamiento como una solución inaceptable. Se enfatiza la importancia de promover la esterilización como método ético y efectivo para controlar la natalidad canina, prevenir el abandono y reducir los riesgos para la salud pública. Las autoridades locales y estatales se encuentran bajo presión para tomar medidas concretas que garanticen la protección de los animales y la sanción de quienes atenten contra su bienestar.
