En las últimas semanas, la rivalidad entre dos de los empresarios más poderosos del mundo ha alcanzado un punto crítico. Carlos Slim, el magnate mexicano de América Móvil, y Elon Musk, el fundador de Tesla y SpaceX, han colisionado en una disputa que marca un nuevo capítulo en la competencia por el control del mercado de telecomunicaciones en América Latina.
Desde finales de 2024, Slim había negociado una alianza con SpaceX para distribuir su servicio de internet satelital Starlink en la región. Esta estrategia habría permitido a Musk expandir su tecnología en América Latina a través de una empresa ya consolidada en el mercado. Sin embargo, el empresario mexicano optó por una ruta diferente: invertir 22 mil millones de dólares en infraestructura propia.
La decisión de Slim dejó a Starlink sin su principal socio estratégico y frenó su crecimiento en la región. “Es mejor poner nuestras torres, plantas y la fibra óptica que las ligue”, habría dicho Slim al anunciar su plan, según Daniel Hajj, director general de América Móvil.
El rompimiento del acuerdo no pasó desapercibido en los mercados. Las acciones de Tesla y otras empresas de Musk registraron pérdidas tras el anuncio, lo que resultó en una disminución estimada de 7,500 millones de dólares en su patrimonio neto. Los inversionistas vieron en la decisión de Slim un obstáculo para el crecimiento de Starlink en mercados emergentes, afectando la confianza en el proyecto.
La tensión entre los dos empresarios se ha ido volviendo más intensa en las últimas semanas. En febrero de 2025, Musk compartió en su cuenta de X una publicación que señalaba a Carlos Slim de haber construido su fortuna con supuestos vínculos con el crimen organizado en México. Aunque Slim no hizo comentarios directos, reaccionó a la publicación con un emoji, lo que fue interpretado como una insinuación.
En una conferencia del 10 de febrero de 2025, Slim aprovechó para lanzar una indirecta a Musk y sus planes de exploración espacial. “Él dice que para el año 2028 van a llegar a Marte y de regreso. Le echo una apuesta a que no es cierto. Le apuesto un dólar, pero que diga ‘me equivoqué, tenías razón’, y si lo logran en 2030, le doy dos dólares”, dijo entre risas.
La competencia entre Slim y Musk por el control del mercado de telecomunicaciones en América Latina está lejos de terminar. Mientras Musk sigue centrado en la exploración espacial y la inteligencia artificial, Slim continúa reforzando su imperio de telecomunicaciones en la región, dejando en claro que no cederá terreno fácilmente.