viernes, junio 13, 2025

Oaxaca entre los estados con mayor consumo de refrescos en México

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Un reciente análisis ubica a Oaxaca como una de las tres entidades federativas en México con un índice elevado de consumo de refrescos. El estudio, que considera datos epidemiológicos, análisis de mercado, la incidencia de enfermedades relacionadas y la presencia de la industria refresquera, revela que el consumo per cápita anual en Oaxaca oscila entre 250 y 300 litros. Esta cifra supera significativamente el promedio nacional, estimado en 163 litros por persona al año.

La investigación posiciona a Chiapas en el primer lugar a nivel nacional, con un consumo estimado de 821.25 litros por persona anualmente. Tabasco se sitúa en segundo lugar, con un consumo que excede los 300 litros per cápita al año, seguido por Oaxaca.

Según Mauricio del Villar, miembro de la campaña “Por el derecho a una alimentación Sana y Nutritiva: Oaxaca Sin Chatarra”, estos datos reflejan una correlación con los indicadores de salud infantil en la región. Del Villar señaló que, de los 100 municipios con mayor prevalencia de diabetes infantil en el país, 57 se encuentran en Oaxaca. Además, enfatizó la posible relación entre la intensa actividad de mercadotecnia de las empresas de refrescos en la región sur-sureste y las dificultades de acceso al agua potable en algunas comunidades.

Para ilustrar la presencia de la industria refresquera en Oaxaca, Del Villar relató haber contabilizado doce camiones de una misma empresa de refrescos en un trayecto por carretera de Oaxaca a Tlaxiaco. Advirtió sobre estrategias de mercadotecnia que vinculan productos no saludables con la cultura alimentaria tradicional, buscando mejorar la imagen de las marcas. El activista expresó su preocupación por el impacto económico del consumo excesivo de refrescos, mencionando que el tratamiento de la diabetes puede generar gastos considerables para las familias, entre 80,000 y 90,000 pesos anuales por persona, considerando medicamentos y consultas médicas. Adicionalmente, advierte sobre la posible sobrecarga al sistema de salud pública, ante el aumento de personas con enfermedades relacionadas con una alimentación inadecuada. Subraya que la disponibilidad de refrescos en algunos casos supera la del agua potable, influyendo en las decisiones de consumo de las familias.

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