domingo, junio 15, 2025

Pequeñas caficultoras de Oaxaca enfrentan dificultades económicas

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En el estado de Oaxaca, México, se estima que hay más de 18 mil pequeños productores de café. De estos, aproximadamente un tercio son mujeres, aunque solo el 18% de ellas tienen acceso a ingresos propios por su trabajo. Además, el 5% de las caficultoras carecen de acceso a servicios de salud.

La cadena de valor del aromático involucra a más de 85 mil pequeños productores en 151 municipios, incluyendo Villa Alta, Ixtlán de Juárez, Cuicatlán y otros. Las caficultoras tienen una edad promedio de 46 a 55 años y alcanzan el nivel educativo de la primaria.

Oaxaca es uno de los estados líderes en la producción de café a nivel nacional. En 2022, la producción cafetalera del estado fue de 89 mil 77 toneladas, mientras que en 2023 se redujo ligeramente a 85 mil 982 toneladas. El café oaxaqueño se exporta principalmente a Canadá, Estados Unidos y Austria.

A nivel nacional, los estados con mayor participación de mujeres en la actividad cafetalera son Chiapas (31%), Veracruz (26%) y Oaxaca (18%). Sin embargo, las condiciones laborales para las mujeres productoras siguen siendo difíciles.

Un estudio realizada por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) reveló que las condiciones en las que trabajan las caficultoras son “todavía peores” que la baja participación de las mujeres en la economía y la persistente brecha salarial. Sin embargo, se está trabajando para mejorar la situación.

En 2024, una empresa de café popular en México se asoció con Pro-Mujer para llevar servicios médicos esenciales a comunidades cafetaleras en Chiapas. Esta iniciativa busca generar mejoras duraderas en la vida de las mujeres que impulsan la industria del café en México.

La producción de café es un cultivo estratégico en México, ya que emplea a más de 500 mil productores en 15 entidades federativas y 480 municipios. Las etapas de producción incluyen plantación, floración, cosecha, despulpado, secado, tostear y molienda.

La sequía, la crisis climática y los costos crecientes están marcando la producción de café en América. Es importante abordar estos desafíos para garantizar una futura seguridad alimentaria y económica para las comunidades cafetaleras.

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