En un contexto de crisis institucional, estudiantes y docentes del Instituto Tecnológico de Pochutla (Tec de Pochutla) han llevado a cabo una protesta indefinida en busca de condiciones materiales óptimas para el desempeño académico. Las demandas abarcan mejoras en la infraestructura general del plantel, equipamiento adecuado, transparencia en el manejo de recursos y eficacia en la gestión administrativa.
Los estudiantes y docentes han señalado múltiples carencias, incluyendo falta de insumos y servicios básicos como sanitarios, internet, cafetería, mobiliario y equipo en laboratorios. Además, han expresado descontento con la actitud del director, Jorge Armando Hernández Valencia, quien ha mostrado una actitud intolerante ante la protesta y ha amenazado a los jóvenes con afectaciones en su vida académica.
La situación es particularmente grave en el área de ingeniería civil, donde se requiere solo una estación de topografía para más de 100 alumnos, lo que impide el progreso académico. Los estudiantes también han denunciado irregularidades en la asignación de plazas y la rotación injustificada de cargos de trabajo entre los docentes.
Las protestas han sido apoyadas por padres de familia del Tec de Pochutla, quienes demandan el saneamiento financiero dentro de la institución y la destitución de los directivos. El Tecnológico de Pochutla cuenta con una plantilla de poco más de 500 estudiantes y ha egresado más de 400 ingenieros titulados desde su creación en el año 2009.
La situación del Tec de Pochutla se destaca como un ejemplo de las carencias institucionales que enfrenta la educación superior en México, donde la falta de inversión y la corrupción son problemas comunes. La protesta del Tec de Pochutla es un llamado a la atención sobre la necesidad de mejorar la calidad educativa y la gestión eficiente en las instituciones educativas superiores.
Los estudiantes y docentes del Tec de Pochutla han demostrado su compromiso con la mejora de sus condiciones y su derecho a una educación de calidad. Su lucha es un ejemplo de la importancia de la participación ciudadana y la necesidad de que las instituciones educativas sean transparentes y eficientes en su gestión.